Posts Tagged "cuentos para niños"

A la hora de dormir

A la hora de dormir

Con la vuelta al cole, una de las cosas que más cuesta a niños y adultos es la de recuperar los horarios de sueño. Durante el verano hemos hecho excesos y tenemos horarios descontrolados…

Os recomendamos encauzar de nuevo el sueño de vuestros pequeños con nuestro cuento “A la hora de dormir”. Está pensado para ayudar a padres y educadores a enseñar a sus hijos y alumnos qué es el sueño y cómo dormir bien.

 Portada a la hora de dormir con web-red

El cansancio y, en ocasiones, la inexperiencia pueden llevarnos a buscar los métodos más extraños para conseguir dormir a nuestros hijos: llevarles a dar una vuelta en coche, montarles en el carrito y pasearles por el salón sin descanso… Pero lo primero y fundamental a la hora de enseñar a dormir a los niños es tener claro que nuestro objetivo no es conseguir que se duerman una noche concreta, sino enseñarles a dormir.

 

El sueño no es un estado de desconexión, sino un proceso activo en el que renovamos nuestra energía física y psíquica. Y del mismo modo que les enseñamos a comer bien para crecer y estar sanos, hemos de trasmitirles que su sueño tiene la misma utilidad y cumple una función igual de importante en su crecimiento y aprendizaje.

Niño-soñando. miles de textos

Para facilitarnos la tarea, podemos tratar el tema de los hábitos de sueño en situaciones en las que los niños estén receptivos y no sólo a la hora de irse a la cama. Puede que en ese momento estén menos dispuestos a entendernos y menos propensos a comprender nuestras consideraciones.

Leer con ellos este cuento nos puede ayudar. El texto, las ilustraciones y la acción se reparten entre varios  protagonistas y hay niños de los dos sexos y de distintas edades. La colección “Soy así de grande” está pensada para cualquier niño pueda proyectar las situaciones que plantean los cuentos en su particular universo afectivo.

Escríbenos un mail a comunicacion@milesdetextos.com si quieres encargarnos un ejemplar.

 

¡Felices sueños… para todos!

Leer mas

LEER… PURA MAGIA!!!

LEER… PURA MAGIA!!!

Los niños vienen “de fábrica” con una imaginación sin límites y una capacidad de fabular infinita. Leer cuentos, además de ser una actividad de entretenimiento y una manera de jugar y aprovechar el tiempo con los más pequeños, es una forma extraordinaria de estimularles. Un ratito de lectura puede ser el mejor modo de ampliar su visión del mundo, poner en marcha su fantasía y estimular su creatividad.

Escuchar o leer diariamente un cuento potencia su capacidad de prestar atención, desarrolla su memoria, amplia su vocabulario y aumenta otras capacidades asociadas con la comprensión y la expresión.

cuentos

Un cuento es una puerta abierta hacia el mundo de la fantasía, una invitación a viajar hacia el lugar que dominan y el idioma que mejor conocen.

Cuando tengo la suerte de leer un cuento con un niño suelo hacerle miles de preguntas que me ayudan a descubrir una historia aún más apetecible que la que crearon el escritor y el ilustrador:

-         ¿Qué crees que hay más allá de esas montañas que se ven detrás el castillo?

-         ¿Por qué crees que está tan triste el bufón?

-         ¿Cómo aprenden a volar los dragones?

Un niño es el mejor guía en cualquier cuento. Cuando leamos, ya sea con ellos o para ellos, dejemos que nos conduzcan por la historia, página a página. El mundo al que ellos entran a través de un libro es… ¡pura magia!

Leer mas

Las galletitas mágicas

Las galletitas mágicas

Unos días antes del nacimiento del príncipe Yusuf su padre, el rey, reunió los caballos más veloces y envió emisarios por todos los caminos para que acudieran a palacio cuantos magos, brujas, hadas y duendes habitaban en su reino.

Todos los convocados acudieron a su llamada de lo más intrigados.

El palacio se había preparado para la llegada del pequeño príncipe. Los súbditos esperaban ansiosos la fiesta del nacimiento y el incesante goteo de aquellos invitados no hizo sino aumentar la expectación.

PUENTE LEVADIZO-ok

Según iban entrando por el puente levadizo, el rey recibía a todas las eminencias del mundo de la magia con un abrazo, les agradecía su presencia y les destinaba a los aposentos del ala norte de Palacio, en donde debían permanecer como invitados durante dos meses.

Al principio, nadie entendía qué pretendía el monarca obligándoles a alojarse en palacio y a quedarse durante tanto tiempo. Con ese plazo el rey se aseguraba de que recibía su invitación todo el que tenía un lugar destacado en el mundo de la magia.

Pronto descubrieron la intención del rey. Quería conseguir el conjuro de la felicidad para el recién nacido. Estaba seguro que alguno de aquellos poderosos  hechiceros poseía ese secreto.  

Preparó un tesoro fabuloso, lo situó en la sala del trono y les dijo:

- Todas estas riquezas serán de aquel que durante la fiesta de presentación del príncipe Yusuf, que tendrá lugar dentro de dos meses, entregue al niño el regalo de la felicidad en forma de bebedizo, conjuro, fórmula mágica, pócima gloriosa… pedrolo filosofal… ¡o lo que sea!

tesoro

En el cofre que el rey había preparado brillaban las monedas de oro como soles diminutos, las esmeraldas encerraban el brillo de los bosques en primavera, las turquesas contenían los azules de todos los mares del mundo y el rojo de los rubíes resultaba tan tentador que inmediatamente todos los magos, duendes y hadas, e incluso las brujas, se pusieron a trabajar para poder entregar al niño su mejor regalo y ganar aquel enorme arcón de riquezas.

El día de la fiesta, cada participante de ese singular concurso iba acercándose a la cuna, explicaba en qué consistía su regalo mágico y lo depositaba a los pies del  rey, seguro de que su presente era el mejor y de que sería el elegido:

- He fabricado la espada que gana mil batallas – decía el Mago Beligerante – mientras entregaba el arma a un lacayo para que el rey pudiera verla bien – Empuñadura de piedras preciosas y absolutamente invencible – añadía mientras se retiraba.

- Os entrego, majestad - se acercó una bruja - el pañuelo de las sonrisas; hecho de sedas maravillosas y capaz de absorber todas las lágrimas del pequeño príncipe y devolver a su rostro la alegría.

- Aquí tenéis el espejo de la belleza infinita – dijo el Hada Padrina – Todo el que se mira en él consigue contemplar su ideal y descubrir lo que puede llegar a ser: el rostro más hermoso, los rasgos perfectos… y una figura regia… que es “lasuperperalimonera”.

- Nada de lo que os entreguen, majestad, superará mi bastón de mando. Confiere poder y autoridad. Este bastón dominará el mundo – declaró solemnemente el adusto general de los enanos saltarines.

- Yo os obsequio con un libro en el que se encierran todos los conocimientos del mundo. Lo he llamado tableta…  

Cuando acabó aquel espectáculo de encantamientos extravagantes, el rey tomó la palabra:

- Gracias a todos por vuestros presentes. Qué difícil será decidir cuál de todos estos regalos es el que mejor puede conseguir la felicidad para el  príncipe.

De pronto se calló y buscó entre la multitud. Mientras trataba de elegir, había descubierto a un mago que no había dejado regalo alguno para el pequeño. Había sido su preceptor cuando el rey era niño, pero abandonó la corte sin explicaciones para no volver. Siempre estaba rodeado de dragones.

MAGO Y DRAGÓN-ok

- Mago Dragón – le llamó enfadado por su apodo – ¿Por qué no hay en este montón ningún regalo tuyo?

El mago sonrió pacientemente.

- Mi rey, para preparar el conjuro de la felicidad necesitaría mucho tiempo. Os digan lo que os digan… ¡es imposible preparar un conjuro de la felicidad en unos meses!

El rey se quedó intrigado.

-  ¿Cuántos meses necesitas para prepararme una poción?

 -   No lo sé exactamente. Muchos meses, tal vez un año… o dos… No sería una poción. Ese conjuro siempre se envuelve en harina. Debería prepararlo con el calor de un horno de leña traída de los Bosques de los Árboles Parlantes… y el azúcar de los Rincones Místicos de la Dulzura… ¡Necesito ingredientes de casi todos los confines de la tierra!

No obtuvo respuesta. El rey movió su capa y salió del salón del trono sin decir ni una sola palabra.

A la mañana siguiente repartió el fabuloso tesoro entre los asistentes a la fiesta y prometió preparar otro cofre igual para premiar al mago cuando consiguiese terminar el conjuro mágico para el príncipe.

Obligó al mago a quedarse en la corte (que para algo era el rey) y le hizo preparar un listado de todos los ingredientes que necesitaría para elaborar su receta mágica.

- Voy a hacer, para el príncipe Yusuf, galletitas de la felicidad. Necesito harina de trigo de los Valles de Sol que sea molido en molinos de la Región de la Alegría.

Inmediatamente uno de los veloces caballos del rey salió a galope en busca del primer ingrediente.

Cuando llegó la harina al palacio, el príncipe había cumplido un año.

- Necesito huevos de avestruz. Alguien debe ir a las montañas lejanas de Más Allá, y robar unos cuantos huevos de avestruz roja.

Cuando el mago recibió los cinco huevos, el príncipe ya sabía hablar y disfrutaba de su compañía. Solía pasar las tardes con él aprendiendo miles de cosas. Todos le decían que ese mago le iba a preparar unas galletitas que le darían la felicidad… ¡Y estaba deseando probarlas!

Pero los emisarios que el rey mandó para conseguir todos aquellos ingredientes no los reunieron todos hasta que el príncipe cumplió cinco años.

Cuando los extendieron sobre la mesa de la cocina, el príncipe pudo contemplar ralladura fina de limones de las Regiones Amargas, canela en rama de aroma suave… pero eterno, manteca amasada por manos cariñosas, azúcar tan dulce como los besos, la mejor harina, almendras de los árboles de los deseos y cinco huevos rojos como globos.

mago melenas y niño. ojos marrones-ok

El príncipe estaba entusiasmado. Se moría de ganas de ver cómo el mago preparaba las galletas y estaba deseando hincarles el diente.

Aquel día en la cocina fue uno de los días más divertidos de su vida. Amasaron, mezclaron, se mancharon, se rieron a carcajadas tan batidas como las claras… compartieron confidencias… Cuando el mago y el joven príncipe metían la bandeja de las galletitas en el horno ya se habían convertido en amigos inseparables.

A la mañana siguiente el príncipe madrugó más que ningún día. Estaba deseando desayunar. Sin embargo el mago se levantó tarde, preparó una mochila con queso y pan y le invitó a volar a lomos de su dragón más veloz.

- ¿No vamos a probar las galletas?

- ¡No! ¡Aún no! – contestó sorprendido por la pregunta el mago – Hay que  esperar.

- ¿Cuánto? – insistió el niño.

- Lo suficiente – fue su enigmática respuesta.

La mayoría de las mañanas, y a la hora de merendar, el príncipe solía preguntar al mago si ya había llegado el día de probar sus galletas.

La respuesta era siempre la misma: había que esperar.

Pero llegó el día en que el príncipe no preguntó más. Seguía teniendo ganas de probar esas galletas… pero había aprendido a esperar y era paciente.

El primer día que no preguntó al mago por las galletas… se encontró al levantarse con una mesa preparada con zumos de todas las clases, leche caliente y fría, dulces de todo tipo… La mesa de desayuno más apetecible de cuantas hubiera podido imaginar en el más dulce de los sueños.

mesas-comida - copia

Sobre un platito pequeño estaban las galletas que tanto había esperado. Fue lo primero que tomó. Estaban duras. Había que mojarlas en la leche. Estaban muy ricas… pero esperaba algo fuera de lo común.

Decepcionado se volvió hacia el mago:

- Mago Dragón… son… como las galletas normales… ¡pero más duras!!! ¿Por qué dices que son “Galletas de la felicidad”? Me siento igual de feliz que ayer. No siento que nada haya cambiado.

- Para ser feliz, príncipe, es fundamental aprender a esperar, hacer todo lo que haya que hacer para conseguir lo que se desea, trabajar duro, confiar en que se puede lograr lo que se sueña… y todo eso… te lo han enseñado estas galletitas duras que nos podíamos haber comido el día que las cociné… ¡si no hubiera querido enseñarte esta lección!

El príncipe se echó a reír con tanta fuerza y tantas ganas… que todos los que vieron la escena se convencieron de que aquellas galletas eran mágicas. 

Por supuesto… ni el niño ni el mago les sacaron de su error.

 

Como lectura asociada, encontraremos en “Moraleja para adultos” una reflexión sobre inteligencia emocional, relacionada con este cuento, para analizar cómo podemos estimular en los niños esta capacidad.

En “Reflexionamos juntos” unas preguntas, relativas al texto, para ayudar a los niños a profundizar en él según su propia experiencia.

 

Leer mas

UN CAMINITO DE QUESO PARA EL RATON PEREZ

UN  CAMINITO DE QUESO PARA EL RATON PEREZ

Los cuentos son indudablemente una fantástica ayuda en el desarrollo intelectual y emocional de nuestros hijos.

Si hay un Cuento maravilloso… es el del Ratón Pérez, ese genial ratoncito que se lleva los dientes de leche y deja a cambio unas monedas o un regalito debajo de la almohada. Existe también la versión “hadas” en la que el Hada de los Dientes es la encargada de esta importantísima misión.

Pero cuando les compramos un billete a Fantasía… no siempre estamos preparados para responder a todas las dudas de nuestros curiosos hijos:

-      Mamá, ¿Y qué hace el ratón Pérez con todos esos dientes? ¿Para qué los quiere? ¿Dónde los guarda?

-      ¿Y cómo se llama de nombre? Se apellida Pérez pero… ¿cómo se llama?

-      Papá, y si me trago el diente, o se me cae y no lo encuentro… ¿Ya no me traerá nada el Ratón Pérez?

Los cuentos sin duda estimulan su imaginación y su creatividad.

regalo-ratonPerez

No puedo evitar contaros que mi hijo, con el último diente que se le cayó, hizo un despliegue de medios maravilloso. Metió su diente en un cofrecito y lo dejó en su mesita de noche. Después decidió que si le dejaba un poco de queso al Sr. Pérez quizá fuera algo más generoso, así que se levantó y le puso al lado del cofrecito un trocito de queso. Siguió pensando, que si el queso y el cofrecito estaban en la mesita de noche, el ratón igual no los encontraba de modo que, por si acaso, decidió ayudarle señalándole la ruta: hizo un camino de trocitos de queso que iban desde el borde de la mesita de noche, lo más pegados a su almohada que pudo, hasta el cofrecillo… ¡Así lo encontraría seguro! Luego pensó que el camino igual era muy largo y que si el ratón se cansaba, o tenía sed, no llegaría a su destino… y volvió a modificar el sinuoso sendero de trocitos de queso para colocar un tapón de una botella, con agua, para que pudiera saciar su sed, y un trocito de algodón por si quería descansar.

Cuando fui a darle las buenas noches, y me encontré todo aquello en la mesita… ¡sentí tanta ternura!!!… Pensé que era maravilloso todo el proceso que él mismo me contó y que le había llevado a aquel despliegue de medios. Por supuesto… el Ratón Pérez le agradeció todos aquellos cuidados y le dejó, en vez de unas monedas, ¡un billetito!!!!

¡No dejemos de contarles cuentos a nuestros hijos!!!!

 

La verdad es que desde los 4-6 meses que empiezan a salirles su primeros dientes (aunque puede ser antes o después… lo digo para evitar sufrimientos a las “mamás-cronometro” que enseguida nos ponemos nerviosas cuando las fechas no nos coinciden con exactitud), hasta los 8-9 años que ya, por norma general, llega la dentición definitiva… vivimos muy pendientes de su boquita.

Primero: “¡Ay!, mira, ya le está asomando su primer dientecito!”

1DIENTE

Luego “Ya tenemos dos”.

2dientes

Después… “¡Pues no terminan de salirle los otros!”, “Está quejosillo. ¡Serán los dientes!”.

Por supuesto tras recorrer un pequeño calvario: “Todo lo muerde” “Babea mucho” o “Tiene el culito irritado”.

Cuando superamos esta fase, que ya parece que lo peor ha pasado…  empezamos con el proceso de “Hay que quitarle el chupete, porque se le van a torcer los dientes” y “Hay que enseñarle los hábitos de higiene dental y bucal”.

Eso por no hablar de lo que nos preocupamos cuando están melladitos por algún “tropezón” que les haga perder alguna pieza antes de tiempo.

Después… descubrimos otras preocupaciones: “Se le mueve un diente”, “Uy, no se le cae… ¿debería arrancárselo?”, “No se le colocan”, “Pobrecito está melladito, no puede comerse el bocadillo”.

Y el tiempo pasa y los dientes salen, y se caen, y las cosas que tanto nos inquietaban… nos parecen pequeñeces. Entonces… ya hemos olvidado esas preocupaciones y sólo nos queda el recuerdo de un caminito de queso y un tapón de agua, porque estaban tan llenos de ilusión que tienen el poder de devolvernos a aquellos días.

 

Leer mas

MIL BESOS PARA ALBA

MIL BESOS PARA ALBA

Alba es una niña sensible y cariñosa.

Sus papás nos han encargado un cuento para ella. En “Mil besos para Alba” puede hacer magia y cambiar un día gris en un día soleado concentrándose y esforzándose en ver las cosas buenas. En el cuento descubre que las cosas dependen de cómo quiera verlas porque puede transformarlas.

MIL BESOS PARA ALBA

 

 

Leer mas