Del romanescu… ¡Al universo!
Ayer compré romanescu. No sabía que estaba comprando un billete estático, pero alucinante, al universo.
Cuando mi hijo mayor lo descubrió en la nevera no aguantó la curiosidad.
- Mamá, ¿qué es esa verdura con aspecto de alien que tiene fractales?
Las matemáticas nunca han sido lo mío.
- ¿Qué son fractales?
Las nuevas tecnologías nos facilitan alcanzar la información con un solo click. Me enseñó un vídeo sobre ciencia (que os enlazo al final de este post) y me explicó que en la naturaleza muchas figuras están relacionadas con los fractales, un término acuñado por el matemático Benôit Mandelbrot y que tienen mucho que ver con la secuencia de Fibonacci y el número áureo.
La regla de la secuencia de Fibonacci es tan simple, que los niños pueden entender esta regla matemática y recrearla desde muy pequeños. Empezando por 0 y 1, cada número posterior se obtiene con la suma de los dos anteriores: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55,… hasta el infinito. Es una serie de números muy sencilla, pero muy utilizada por la Naturaleza. Por ejemplo, el número de pétalos de las flores casi siempre se ajusta a un número de esta serie. Su “orden” se encuentra también en los animales y en las grandes estructuras geológicas y astronómicas (quizás no en los propios números, pero sí en la espiral que se deriva de ellos). Es una regla matemática de la naturaleza que puede llegar a describir fenómenos muy complejos.
El término fractal se refiere a un objeto con forma geométrica cuya estructura fragmentada, o aparentemente irregular, se repite a diferentes escalas, es autosimilar. Deriva del latín “fractus”, que significa quebrado o fracturado.
He leído que llaman a los fractales “la geometría de la naturaleza”. Del mismo modo que las ramas de un árbol grande se pueden parecer a árboles más pequeños, se encuentran fractales en las estructuras de las plantas o de nuestros propios pulmones y nuestra circulación sanguínea; también en las formas de los ríos y las montañas o en explicaciones astronómicas sobre la concepción del universo.
Luis y yo terminamos por encontrar un vídeo en el que relacionaba directamente los fractales con el romanescu.
Cuando mis hijos eran pequeños seguía sus intereses y aprendía con ellos de dinosaurios, de ciencia, de máquinas y hasta de pockemons.
La mejor forma de acercar a los niños las matemáticas o cualquier otra cosa que deban aprender es tirar de libros asociados con los temas que les resultan más atractivos… hasta donde nos lleven. Siempre se puede aprender algo que resultará útil en el futuro (aunque no sepamos para qué todavía).
Desde que mis hijos son mayores suelen ser ellos los que me llevan a lugares que desconozco: rugby, ajedrez, fractales… Tengo la inmensa suerte de alternar e intercambiar los papeles y aprender de su mano en conversaciones que me justifican la vida entera.
El romanescu quedó muy bueno pero creo que ninguno que me coma en la vida… me gustará tanto como este.
Para los que seáis tan curiosos como yo… más sobre fractales y naturaleza en este vídeo:
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