Busca y encuentra
Un truco para que vuestros peques no pierdan el interés por la lectura y el amor por los cuentos es buscar las temáticas que más les puedan divertir.
Yo lo he tenido bastante fácil hasta ahora: dinosaurios, tiburones… Los animales en general eran su materia preferida. Pero desde hace algunos meses llevo observando cierto “desinterés” por los cuentos. Por eso, aprovechando que ayer fue festivo en Madrid, me acerqué a una librería a bucear un ratito entre libros por ver si encontraba algo diferente. Nada puede gustarme más. ¡Me hubiese llevado media tienda! Pero el objetivo era encontrar un Cuento para que mi enano recuperase un poquito ese amor perdido por los “amigos de papel”.
Como a casi todos los niños de 4 años le encantan las “marranadas”: los pedos, los pises, los eructos… y no sé muy bien porqué, desde pequeño le llaman poderosamente la atención las cacas. ¡Si!, ¡Qué le voy a hacer! ¡Es así! Vamos por la calle y me señala los excrementos de los perros, de las palomas…
- ¡Mira, mamá, una caca enorme! Esa seguro que es de un Tiranosaurio Rex!
Es bastante desagradable. Y, cuando hay gente alrededor… más. Jajaja
Con todo esto que acabo de escribir, podréis comprender que cuando me encontré en una de las estanterías de la librería con “El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza…” escrito por Werner Holzwarth, ilustrado por Wolf Erlbruch y editado por Penguin Random House Grupo Editorial, de lo tuve claro. Abrí sus páginas y se me escapó una carcajada al ver las ilustraciones de diferentes animales con sus respectivas modalidades de caca. Sabía que al enano le iba a encantar.
Lo pagué encantada y me lo llevé a casa.
Al recoger al pitufo del cole le advertí que tenía una sorpresa para él. Pasó gran parte de la tarde tratando de adivinar qué sería.
- ¿Es un juguete? –preguntó.
- ¡A ver si lo adivinas!- Contesté.
- ¿Es una espada láser? ¿Un tiburón?
- ¡No! Si quieres te doy una pista… Es algo con lo que te vas a reír mucho!
- ¿Cosquillas?
- ¡No!
- ¿Una caca asquerosa con pelos?
- ¡Casi!!!!
Tras el baño decidí que había llegado el momento de compartir por fin esas risas. Y el primer golpe cuando vio que le estaba regalado un cuento no fue demasiado alentador.
- Es que yo no quería un cuento.
- Éste… ya verás, te va a gustar mucho.
Lo abrió al azar y lo primero que se encontró fue ¡el enorme culo de un cerdito haciendo caca!
- ¡Mamá mira!!! – se reía a carcajadas – ¡Está haciendo una caca podrida!
“El topo que quería saber quién había hecho aquello en su cabeza” no me defraudó. Me he hecho la promesa de comprar una vez al mes un libro distinto, impactante, sobre cualquier tema que pueda interesarle: pasteles, naves espaciales, recortables… No cambio por nada del mundo la sensación fantástica de tener que pelearme para que deje el libro y se siente a cenar.
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