Autoestima – El fabricante de espejos
Es muy probable que nuestros hijos terminen siendo lo que les repetimos con insistencia que son.
Con esta frase quiero decir que nuestra opinión dirige la que los niños tienen sobre sí mismos.
Durante la infancia, y mientras somos el centro de sus referencias, nuestra actitud y comentarios terminan dejando huella en la opinión que van formando día a día sobre lo que son y lo que pueden lograr o no.
No siempre somos conscientes del poder de nuestras frases y la fuerza que tienen en cuanto a Programación Neurolingüística se refiere. (Sintetizando mucho, según la PNL nuestro pensamiento se forma de palabras que, al identificar y calificar, programan el cerebro con los mensajes que recibe; y la repetición de determinadas palabras produce emociones que dirigen la conducta).
Las opiniones que expresamos sobre su físico o su forma de ser, durante la infancia y la adolescencia, terminan dirigiendo la que tendrán sobre sí mismos.
Si le repetimos a nuestro hijo incesantemente una frase como “Eres un vago” para conseguir estimularle y que se esfuerce más… sólo conseguiremos que interiorice esa visión que le damos sobre su personalidad, que se vea como un gandul y que crea que no puede hacer nada para mejorar.
Somos para nuestros hijos una especie de espejo en el que mirarse. Debemos, desde la objetividad, mostrarles y potenciar sus virtudes, y trabajar todos los aspectos de su personalidad que se puedan corregir.
También es muy importante la opinión que tengan sobre ellos sus profesores y los familiares cercanos. Sobre todo cuando les hacen conscientes de ella con sus palabras o con su actitud.
La autoestima, que se establece durante la infancia y la adolescencia, y se consolida en la juventud, es imprescindible para enfrentar los problemas y dificultades de la vida.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos?
- Seamos un buen ejemplo. Procuremos evitar las frases de autocastigo como: “Soy un desastre”, “Todo me sale mal”… Son falsas y es una actitud vital negativa que se aprende.
- No les etiquetemos de forma negativa: En vez de “eres un vago”, digamos: “Tú puedes hacerlo mejor”.
- Potenciemos todas sus virtudes y cualidades ofreciéndoles tantas oportunidades de brillar como sea posible. Si juega bien al baloncesto… animémosle a apuntarse al equipo del colegio.
- Intentemos hacerles conscientes de nuestro respeto y cariño con abundantes demostraciones físicas de afecto.
- Digámosles con frecuencia que les queremos y valoramos.
- Cuando debamos corregirles, hagámoslo con respeto y afecto.
- Asegurémonos de hacerles entender que estamos dispuestos a ayudarles.
- Permitamos que expresen sus emociones o sentimientos y aprendamos a expresar claramente lo que esperamos de ellos.
- Prestemos atención a los signos de alarma que indican la presencia de complejos (no querer llevar determinada ropa porque “me hace gordo/a”, por ejemplo).
- Ayudémosles a comprender que la perfección no existe y, lo que es más importante, no es necesaria
Esta “Moraleja para adultos” es una reflexión sobre educación asociada a un cuento. En “Cuentos para niños” podemos encontrar el texto sobre el que trabajar con nuestros hijos para estimular su aprendizaje de inteligencia emocional: Pincha aquí
En “Reflexionamos juntos” unas preguntas, relativas al cuento, para ayudar a los niños a profundizar en él según su propia experiencia: Pincha aquí
meneame
Pingback: El fabricante de espejos | Miles de Textos
Pingback: El fabricante de espejos – Autoestima – Reflexionemos juntos | Miles de Textos