Posts made in junio, 2012
Los buenos maestros

Este ha sido el último año de mi hijo pequeño en el colegio.
Hoy era su fiesta de graduación y he asistido, como el resto de padres, a una de esas representaciones teatrales en que poco importan los textos… porque los niños de cinco años que empiezan primaria llenan el escenario entero de gracia y ternura, y los de doce lo inundan con el desparpajo que deja intuir lo que serán en un mañana muy cercano.
Me acompañaba mi hijo mayor que este año termina la ESO para empezar su primer año de Bachillerato; 1 metro 80 de adolescente
Ya he asistido a muchas fiestas de Navidad en las que, sin saber por qué, te emocionas mientras un montón de niños desafinan disfrazados de estrellas. Pensaba que estaba “curtida” en ese tipo de emociones y ya no se me saltaban las lágrimas con “pequeñeces”.
Llegué tarde, cansada tras uno de esos días duros en que las cosas se han complicado y aunque no se ha podido correr más no se ha llegado a tiempo a ningún sitio. La función había empezado. Sólo había un sitio libre y mi hijo tuvo que sentarse en las escaleras. Los más pequeños, disfrazados de animales, enternecían al público.
Cuando acabó esa primera actuación, encendieron las luces y descubrí que estaba sentada en el asiento inmediatamente posterior al que ocupaba la profesora que había dado clase a mi hijo mayor durante toda la primaria.
Mi sorpresa fue mayúscula: Como si hubiese descubierto a su amigo más querido, con más ilusión que si le hubiera hecho un regalo, con la sonrisa llena de infancia… se convirtió ante mis ojos en el niño que fue, se abrazó a su profesora y a mí me cayeron encima los recuerdos de sus primeros años de colegio como si hubiese sido un peso físico.
Esa profesora fue para él: apoyo, motor, consuelo, estímulo, refugio, aliciente… Y cuando le vi abrazarse a ella… y cerrar los ojos al hacerlo, como sólo se hace con los afectos más sagrados, se me saltaron las lágrimas. Cuando se dieron cuenta se echaron a reír los dos. Y recordé que mi hijo siempre lloraba el último día de colegio.
- ¡Es que hasta septiembre no voy a volver a verla, mamá! – me decía para detener mis frases de protesta.
Como si cualquiera pudiera entender ese sentimiento.
Al empezar el instituto solía acompañarme al colegio, cuando se terciaba, a recoger o llevar a su hermano y, al menos una vez al año, iba a buscar a su maestra para resumirle un poco cómo iban sus cosas.
Mis hijos dejan el colegio y vamos a estar muy lejos de “El Encinar” y de Mari Carmen Alonso. Nos mudamos a Sevilla en unos días. Pero no importa lo lejos que esté mi hijo físicamente de su infancia. El cariño y la admiración no entienden de distancias. Con los míos escribo este post dedicado a ella y a todos los maestros que consiguen atraer, entretener, acompañar, encauzar a sus alumnos y educarlos, en el más auténtico sentido de esas palabras.
Leer mas¿Crees que tu hijo puede ser hiperactivo?

“Mi hijo es hiperactivo” dicen algunos padres incapaces de identificar y aislar comportamientos asociados a los problemas de educación, reconocer que su hijo es especialmente nervioso o inquieto, o simplemente más travieso de lo normal.
En realidad no es cierto que actualmente haya aumentado el número de niños hiperactivos, puesto que las estadísticas constatan que sigue, desde hace décadas, en torno al 7% de la población infantil. Pero sí es incontestable que, en este caso como en otros muchos, es importantísima su detección precoz por un especialista (psicólogo, neurólogo, especialista de trastornos del sueño…) y que exige una especial dedicación y supervisión de los padres para evitar el fracaso escolar y otros graves problemas de adaptación social.
En el programa de Marta Robles de Telemadrid, el pasado 30 de mayo, abordaron el tema de los Trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad. Contaban con la presencia de un especialista en Psicopedagogía, José Ramón Gamo Rodríguez, Director del Centro Cade (http://www.centrocade.com/) y de una madre, Macarena Orozco, adorable risueña y buena comunicadora, que desdramatizó la cuestión y dio una lección magistral de cómo ayudar a los hijos contando el caso del suyo al que estimula, y ayuda, aunque para hacerlo tenga que volver a estudiar, esta vez con su hijo, la ESO y todo el Bachillerato.
Para ser concretos e insistir de forma práctica en este tema tan importante al que ya dedicamos un post en relación con el sueño, centraremos ahora nuestra atención en los tipos de Trastornos por Déficit de Atención y Comportamiento Perturbador, de acuerdo con el “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la APA (American Psychiatric Association) DSM-4-TR. Existen según esta clasificación tres tipos de Trastorno de la mencionada naturaleza:
Tipo con predominio de déficit de atención: En realidad no es una hiperactividad en el más estricto sentido, sino más bien la que padecen los denominados “inatentos” hasta que alcanzan la llamada “maduración temporal” de sus cerebros (entre los 19 y los 21 años en las mujeres y algo más tarde en los varones; antes de los 30 años en todo caso).
Tipo con predominioio hiperactivo-impulsivo: Crónico. Con el tratamiento adecuado se pueden paliar sus consecuencias en la conducta y en el control de las emociones.
Tipo combinado de los dos anteriores
Para identificar el trastorno adecuadamente acabaremos esta breve reflexión sobre el tema con la inclusión de los criterios para el diagnóstico (hay que tener en cuenta que los síntomas que se incluyen no son ocasionales, sino que deben producirse muy frecuentemente):
- Desatención:
. En las tareas escolares
. Actividades lúdicas
. Dificultad para seguir instrucciones o explicaciones
. Poca capacidad para organizarse
. Tendencia a evitar las tareas que requieran esfuerzo mental sostenido
. Extravío frecuente de material escolar o juguetes
. Distracción excesiva
Como siempre, debemos tener en cuenta que hay muchos niveles distintos de desatención dentro de estas conductas.
- Hiperactividad:
A menudo y de forma anormal…
. Mueven en exceso las extremidades (manos y pies) y cambian mucho de postura en el asiento.
. Abandonan su asiento en situaciones en que deberían estar sentados (en clase, por ejemplo).
. Corren o saltan en situaciones en que es inapropiado hacerlo.
. Tienen dificultad para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
. Están “en marcha” o suelen actuar como si “tuvieran motor”.
. Hablan en exceso, impulsividad.
. Precipitan respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
. Tienen dificultad para guardar turno.
. A menudo interrumpen o se inmiscuyen en las actividades de otros (por ejemplo, se entrometen en conversaciones ajenas).
Este trastorno suele aparecer asociado a otras entidades diagnósticas; y sus síntomas, en ocasiones, son difíciles de distinguir de los provocados por otras enfermedades como los trastornos del sueño, por ejemplo.
El sueño fragmentado o insuficiente a menudo da lugar a síntomas (como alteraciones del estado de ánimo, problemas de concentración, irritabilidad, e hiperactividad), que son similares a los que padecen los niños inatentos y los que están diagnosticados como hiperactivos-impulsivos.
Es muy importante descartar los trastornos del sueño en niños con sospecha de TDAH porque estudios recientes señalan que hay un porcentaje de casos mal diagnosticados de TDHA que en realidad padecen un trastorno de sueño como la apnea obstructiva de sueño, un síndrome de piernas inquietas (o de movimientos periódicos de las extremidades), reflujo gastroesofágico o narcolepsia.
Es necesario tener en cuenta que los niños que padecen TDAH suelen padecer, además, un trastorno de sueño.
El diagnóstico preciso ayudará a un tratamiento más eficaz y a una mejor evolución.
Si tenéis la sospecha de que vuestro hijo puede padecer un TDHA… os animo a consultar también el caso con un especialista en trastornos del sueño. Por si no conocéis ninguna unidad, os dejo el teléfono de la Unidad de Sueño de la Clínica Ruber de Madrid (91 423 15 80), C/ Juan Bravo, 49; allí pudéis consultar el caso, o pedir que os recomienden otra Unidad, si estáis muy lejos.
Quiero agradecer a Forges, desde este post, el maravilloso trabajo que hizo para el libro que publiqué con Espasa: “Enseñar a dormir a los niños”.
Está agotado, si queréis conseguirlo escribidme un e-mail, todavía me quedan algunos a 15 € ( elena@milesdetextos.com )
Leer masLa princesa de las mariposas – Reflexionemos juntos

Acompañamos los cuentos de unas preguntas, relativas al texto, para ayudar a los niños a profundizar en la moraleja según su propia experiencia:
1- ¿Has tenido alguna vez gusanos de seda?
2- Si puedes, escribe “oruga y mariposa” en google y…verás.
3- Si pudieses elegir ¿qué preferirías ser gusano o mariposa? ¿Por qué?
4- ¿Dónde está el gusano cuando se transforma en mariposa?
5- ¿Has perdido alguna vez algo que apreciabas mucho? En esas situaciones, muchos niños se sienten solos, culpables, o incluso muy enfadados, ¿cómo te sentiste tú en ese momento?
6- Y conforme pasaron los días y semanas siguientes, ¿cómo te sentiste? ¿Seguías teniendo esa emoción tan fuerte? ¿Qué te ayudó a sentirte mejor?
Las preguntas de “Reflexionemos juntos” están destinadas a ayudar los niños a profundizar en los cuentos según su propia experiencia. En “Cuentos para niños” podemos encontrar el texto sobre el que están inspiradas para estimular en nuestros hijos su aprendizaje de inteligencia emocional (Pincha aquí) y en “Moralejas para adultos” una reflexión sobre el tema (Pincha aquí).
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El fabricante de espejos

En un país del norte donde nunca jamás amainaba el frío, vivía Trevor, el mejor fabricante de espejos de todos los tiempos.
Desde niño estaba intrigado por descubrir los misterios de la luz y entender por qué su imagen se reflejaba nítida en algunos bloques de hielo.
Cuando se hizo mayor mandó construir su casa con ladrillos de cuarzo, para que se pareciesen a esos bloques de agua helada, y diseñó una fábrica con un horno gigantesco y forma de corazón que calentaba la estancia de sus sueños. Al principio fundía en él solamente metales que, muy pulidos, conseguían proyectar su reflejo; pero pronto descubrió cómo hacer vidrio con las sales de una mina cercana y, fundiéndolas, darles forma hasta convertirlas en un cristal transparente y fino como la escarcha.
Recorrió todos los orfebres para elegir la plata bruñida de luna que completase sus obras de arte y contrató a los Enanos de las Minas de Oro para bañar y enmarcar sus espejos con una aleación de metales preciosos que los preservara del paso del tiempo.
Obsesionado con descubrir el método de mejorar sus espejos y convertirlos en auténticas joyas pidió al Mago de las Simas Negras la Pintura Oscura que reflejaba, mejor que ninguna otra, la belleza.
- Para que la Pintura Oscura refleje las cosas bellas – le dijo el mago – debes llenarla primero, como un alquimista, de todas las maravillas que quieras reproducir. Por ensalmo, si la Pintura Oscura ha absorbido suficiente belleza… podrá convertir a cualquier muchacha fea que se mire en tu espejo en la mujer más hermosa. No tengas duda. Ese es el poder de la materia que te entrego.
Trevor, siguiendo sus instrucciones, recorrió cientos de países en un carro tirado por ocho mulas y cargado con dos recipientes que contenían el tesoro de la Pintura Oscura de las Simas Negras.
Allí donde Trevor encontraba algo bello, se detenía, abría los botes y observaba cómo parte de aquella maravilla se colaba en ellos sin robarle al paisaje su intensidad ni su perfección, intactas tras el trasvase.
Así, la Pintura absorbió las explosiones de color de los amaneceres, la seria e impresionante belleza de los acantilados, la frescura del rocío sobre las hojas… la hermosura y la juventud de las muchachas, el verde de las praderas, el blanco de los neveros, el amarillo de los campos de trigo, los rojos del fuego… Todo lo que era digno de ser contemplado hacía detenerse a Trevor para capturar el momento, y atesorar su belleza en aquellos botes mágicos.
Tres años tardó en recopilar lo más selecto de la belleza del mundo para llenar los recipientes que le había entregado el mago.
Cuando culminó su tarea, volvió a su casa y construyó los tres espejos más increíbles que nunca antes había contemplado ningún ser humano.
Los colocó delante del horno, en el centro de la habitación, tapados con terciopelos azules, y rogó a sus tres mejores amigos que se situasen enfrente para verse reflejados. Ante el primer espejo, uno de los Enanos de las Minas. Frente al segundo, el Mago de las Simas Oscuras. Delante del tercero su fiel y cariñosa Milagros, a la que solía llamar de broma y cariñosamente “Mi Ama de todas las Llaves”.
Cuando Trevor dejó caer las telas, el enano descubrió en el espejo un alto y apuesto reflejo que se movía como él y tenía sus rasgos, pero sobre unas piernas altas y fuertes. Antes de que le diera tiempo de lanzar un grito de sorpresa, vio crecer su cuerpo hasta parecerse a la imagen como dos gotas de agua. Simultáneamente, el viejo mago se convertía en un apuesto joven; y los rasgos de su ama de llaves se transformaban y en un par de minutos lucían en el más dulce rostro.
- ¿Pero qué es esto? – oyó protestar a su amigo minero – ¿Qué me has hecho?
No parecía contento ni agradecido y su tono era de enfado.
Antes de salir de su asombro y recuperar la capacidad de respuesta su ama de llaves también le increpaba:
- ¡No me gusta nada lo que está pasando! ¡¡Quiero recuperar mi cara!!! – exclamaba a punto de echarse a llorar.
Trevor no daba crédito. Sólo quedaba intacto uno de sus espejos.
- ¿Estáis locos? – terminó por reaccionar Trevor – ¡¡Miraos de nuevo!! ¡¡¡Estáis genial!!!!
Sólo el mago parecía encantado con la transformación.
El enano se acercó al espejo. Se miró de arriba abajo y decidió que era divertida la sensación de haber cambiado el punto de vista. Ahora miraba las cosas desde arriba. Si era un juego… podía divertirse un rato.
- No está mal – se atrevió a reconocer – Si es un truco es muy bueno. Pero antes de salir de aquí quiero volver a mi estado normal. Nunca podría trabajar en la mina con esta altura y mi mujer me echaría a patadas si volviese a casa convertido en un gigante.
- Es irreversible – dijo el mago.
- ¿Cómo? – preguntó el ama de llaves – ¿Quieres decir que mis nietos no me reconocerán? ¡Con este aspecto voy a parecer la hija de mi hija! ¡¡¡¡Qué calamidad!!!
- Así será – reconoció el mago – Para revertir el encantamiento de los espejos habría que romperlos y debería hacerlo su constructor. Sólo él puede quitarle toda la belleza que le otorgó a la Materia Oscura.
- ¡Hazlo, Trevor! – exigió la anciana.
- ¡De eso nada! – se zafó el fabricante de espejos – Han sido tres años de viaje, noches sin dormir para, pasando frio y calamidades, capturar esa belleza que ahora me despreciáis. ¡No pienso hacer tal cosa! Vendrá gente de todos los países a contemplarse en mis espejos. Cobraré por lo que a vosotros tanto os molesta. ¡Renunciar a tan fantástico éxito! ¡Estáis locos!!
- Pues los romperé yo – aseguró el enano blandiendo un candelabro y acercándose a los espejos donde se habían reflejado la mujer y él mismo.
- Si lo haces tú no servirá – aseguró el mago – debe romperlo él.
Pero ya era tarde para frenarle y los dos espejos estallaron en mil pedazos.
Tras el desencanto, una persona muy observadora hubiera apreciado un pequeño cambio de talla en el enano, pero era tan mínimo que apenas era perceptible.
- ¡Qué animal eres, Bruno! – se indignó el mago.
Y pronunciando un complicado encantamiento: “POCUSFILOCUSMINERUSMÍNIMUSLOCUS”, le devolvió a su tamaño natural.
- ¿Por qué no me has dicho que podías hacer esto?
- Porque no preguntaste. No puedo hacerte crecer. Devolverte tu tamaño… es fácil. “MILAGROSERESMÁSVIEJAQUEVIEJAERAS” - pronunció para devolver al ama de llaves todas sus arrugas.
- Esto está mejor – se tranquilizó la mujer tocándose el rostro por no atreverse a reflejarse en espejo alguno.
Trevor no daba crédito. Sólo quedaba intacto uno de sus espejos.
- ¡No termino de creer lo que estoy viendo!!! – se indignó - ¡Preferís estar viejos y feos!
- ¡Oye, oye, jovencito! – se indignó su ama de llaves - Que yo no me siento fea… ¡y ser viejo no es algo malo! ¡No es un defecto! He vivido y criado cuatro hijas; trabajado y disfrutado… tanto como llorado. Mis arrugas son un mapa de mi vida que no te voy a entregar porque te haya dado por cambiar a los demás según un criterio de belleza que no es el mío.
El enano no se atrevió a abrir la boca. El ama de llaves había expresado muy bien unos sentimientos que compartía y, aunque era muy bueno con el pico y la pala, las palabras no eran lo suyo. Se imaginó viviendo con las piernas de ese gigantón desgarbado que había visto en el espejo y un escalofrío le corrió la espina dorsal.
- ¡Sois unos desagradecidos! – exclamó Trevor.
- Trevor – intentó mediar el mago – Cada uno tiene un concepto diferente de lo que es la belleza. Por eso, es más importante enseñar a las personas a reconocer todas las cosas bonitas que tienen cuando se miran al espejo… que fabricar espejos que les cambien.
A Trevor le costó comprender las palabras del mago y aplicar la lección que le habían dado sus amigos. Conservó el espejo de la belleza en su dormitorio y gracias a él se mantuvo joven muchos años para fabricar espejos mixtos: unos espejos que contenían sólo un pequeño fragmento de Materia Oscura cargada de belleza. Utilizó cada mínimo añico para fundirlo en los espejos que iba creando. Con esa diminuta porción de Materia Oscura no conseguía cambiar a las personas que se miraban en los espejos, pero les ayudaba a descubrir sus rasgos más atractivos y a sentirse orgullosos de ellos.
Los espejos de Trevor están hoy por todo el mundo y sólo los que sabemos mirarnos en ellos podemos descubrir cuáles son.
Ponte delante del espejo y párate a mirar el color de tu pelo, cómo destellan y brillan tus dientes cuando sonríes, o lo preciosas que son tus manos. Haz el ejercicio de descubrir cuál es esa porción de belleza que ven en ti los demás y te hace único. Esa especialísima y seductora mezcla de cosas que quienes te quieren nunca cambiarían.
Si lo consigues enseguida… puede ser que tengas uno de los espejos de Trevor en casa.
Como lectura asociada, encontraremos en “Moraleja para adultos” una reflexión sobre inteligencia emocional, relacionada con este cuento, para analizar cómo podemos estimular en nuestros hijos esta capacidad: Pincha aquí
En “Reflexionamos juntos” unas preguntas, relativas al texto, para ayudar a los niños a profundizar en él según su propia experiencia: Pincha aquí
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